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Septiembre 2011

Jueces de la Cámara Séptima del Crimen de la ciudad de Córdoba




Víctor Vélez, Ricardo Iriarte y Carlos Ruiz se ganaron su lugar en los escrachados del mes por su estrechez de mira o por su mirada hetero normativa del derecho, PARA ESTOS JUECES NO SE PROBÓ LA LESBOFOBIA EN EL ASESINATO DE NATALIA GAITÁN.


La mirada en este juicio, desde las organizaciones feministas, lgtttbi, familiares y amigxs de Natalia, estuvo puesta en si la condena para el asesino Daniel Torres (padrastro de la novia de la Pepa) contemplaría algún tipo de figura relacionada con la discriminación lesbofóbica, la violencia de género o por lo que se conoce como crímenes de odio, dado que Natalia era lesbiana – masculina. Recordemos que Natalia Gaitán (conocida como la Pepa) fue asesinada de un escopetazo el 6 de marzo del año 2010 en la ciudad de Córdoba. Una posibilidad para que hubiese un agravante en el asesinato por discriminación podría haberse basado en extender los alcances de la ley 23.592 que eleva la escala penal por discriminación por razones de raza, nacionalidad o religión. Sin embargo esto no sucedió y Torres fue condenado por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego a 14 años de prisión.


Los jueces sopesaron con más fuerza el hecho de que Torres se hubiese entregado luego del asesinato, que lo que dijo se escuchó decir en la cárcel: estoy acá porque maté a una torta. Si bien se abrió una importante instancia de debate social, la justicia está muy lejos de aplicar la ley y utilizar argumentos que ya están presentes en la vida social. Como dice Rita Segato: el campo jurídico es, por encima de todo, un campo discursivo y, por eso mismo, la Lucha por el Derecho, tanto en el sentido de la formulación de leyes como en el sentido de la efectivización del estatus de existencia de las ya formuladas es, por un lado, la lucha por la nominación, por la consagración jurídica de los nombres del sufrimiento humano, por entronizar jurídicamente los nombres que ya se encuentran en uso, y, por el otro, la lucha por publicitar y colocar en uso, en boca de las personas, las palabras de la ley. (Rita Segato:Femi-geno-cidio como crimen en el fuero internacional de los Derechos Humanos: el derecho a nombrar el sufrimiento en el derecho. Mimeo, 2010)



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